FUNCIONAMIENTO DE LA LETRA DE CAMBIO

 FUNCIONAMIENTO DE LA LETRA DE CAMBIO


En el siglo XX la letra se convirtió en un instrumento del crédito a corto plazo en el campo mercantil y en el financiero. En el ámbito comercial la letra cumple la función de financiar las operaciones a corto plazo. En el caso de un comerciante que desea adquirir unos productos que comercializa un distribuidor pero que carece de liquidez para pagarlos al contado. El vendedor le concede un plazo para el pago del precio de noventa días, pero emite (libra) una letra de cambio por el importe del precio de venta. La letra incorpora una orden de pago dada por el vendedor (librador) al comprador (librado) para que pague al vencimiento expresado en el título la cantidad indicada. La de la letra adquiere su auténtica fuerza jurídica cuando el librado acepta el título, firmando en el lugar correspondiente y obligándose a pagarla a su vencimiento; a partir de este momento se ha convertido en aceptante.
El distribuidor que ha concedido el crédito a su cliente necesita a su vez liquidez,  por lo que en lugar de esperar al momento del vencimiento de la letra para cobrar su importe, acude a una entidad bancaria para obtener de forma casi inmediata el dinero líquido a través del descuento de efectos.
El descuento cambiario consiste en un acuerdo con el banco por el cual éste adelantará una parte importante del importe de la letra al distribuidor a cambio de la entrega de la misma y figurando como tomador de la cambial la propia entidad bancaria. Por supuesto el banco cobrará una serie de intereses correspondientes al tiempo que transcurre entre el abono de esa suma en la cuenta del distribuidor y el vencimiento de la letra más gastos y comisiones. Al figurar el banco como tomador de la letra, legalmente será la persona a la que el librado ha de hacer el pago.
En el ejemplo que hemos visto el librador ha transmitido la letra a una entidad bancaria, pero podría haberlo hecho a cualquier otra persona jurídica o física para obtener financiación o en pago de una deuda.
Tampoco  es obligatorio que el tomador de la letra sea el último tenedor de la misma ya que puede transmitirla a un tercero mediante endoso.
En la actualidad la letra de cambio  ha caído bastante en desuso, lo que es una lástima ya que es un título que puede instrumentar una importante función crediticia a la vez que sirve de garantía de pago. La situación de crisis que atravesamos puede ser un buen momento para redescubrir las ventajas de la letra en la seguridad del tráfico mercantil y como instrumento para proteger los derechos de crédito.




0 comentarios:

Publicar un comentario